¿Por qué vibra o tiembla el motor del auto?
Varias pueden ser las causas que propicien que el motor de nuestro vehículo no funcione suavemente y transmita vibraciones al habitáculo.
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Varias pueden ser las causas que propicien que el motor de nuestro vehículo no funcione suavemente y transmita vibraciones al habitáculo.
Motor frío: en invierno es relativamente habitual que los motores con años a sus espaldas vibren bastante al arrancar en frío y mientras cogen temperatura. Siempre, y en estos casos más, es vital ser suave con el motor hasta que haya llegado a su temperatura óptima de funcionamiento.
Filtro sucio: en estos casos las vibraciones o temblores vienen dados por un filtro obstruido a consecuencia de la suciedad, bien sea de aire o de combustible. Al no llegar suficiente cantidad de aire o carburante, este no puede funcionar correctamente.
Bujías en mal estado: en este caso, los temblores se producen al acelerar, pues la chispa necesaria para la combustión no se produce de manera óptima.
Silentblocks: estos elementos de goma, caucho o poliuretano se encargan de absorber las vibraciones del motor al funcionar. Si están rotos o defectuosos, parte o todas ellas se trasladarán al chasis y al habitáculo. Eso, a su vez, propiciará averías en otros elementos por golpes o exceso de estrés si no lo solucionamos rápidamente.
Soporte de motor: Estos son fundamentales para que el motor este firme a su base y evite las vibraciones que puede causar daños a los componentes del motor.
Admisión: si se ensucia, puede ocasionar un problema similar al de los filtros de aire o combustible.
Polea del cigüeñal: en los vehículos con motor diésel, este elemento se encarga de minimizar vibraciones. Si no funciona correctamente, el vehículo temblará mucho al arrancar.
Bobina de encendido: si la bobina está dañada, la bujía no recibe corriente y, por tanto, no se produce chispa, por lo que el motor no puede arrancar. Si cada bujía tiene una bobina y alguna de ellas falla, el vehículo funcionará, pero perderá potencia y suavidad al no poder funcionar los cilindros correspondientes a dicha bobina y bujía.
Mediciones incorrectas: si el medidor de flujo de aire o la sonda Lambda no miden correctamente, la centralita (ECU) no ordenará correctamente la mezcla necesaria para la combustión, por lo que esta será deficiente y propiciará vibraciones.
Los problemas en el motor son los más habituales cuando nuestro vehículo vibra, pero no son los únicos. A continuación repasamos otras causas que pueden provocar temblores incómodos y nocivos para el buen estado de nuestro vehículo:
Eje de transmisión: a consecuencia de un golpe, la transmisión de la potencia del motor al eje motriz puede realizarse con el eje doblado o dañado, lo que provocará vibraciones durante el movimiento, ya que gira a muchas revoluciones.
Juntas homocinéticas: son las encargadas de conectar el palier con la transmisión y con las ruedas. Si los fuelles que las cubren se rompen, entrará suciedad y se perderá el lubricante, generando roces e incluso que el palier se doble.
Frenos: este problema suele aparecer al pisar el pedal del freno, ya que el disco puede doblarse a consecuencia de un exceso de temperatura. Si eso ocurre, las pastillas no asentarán correctamente y la rueda recibirá la vibración consiguiente.
Alineación en las ruedas: cuando las ruedas no están perfectamente alineadas, estas generan vibración en la dirección cuando alcanzamos velocidades propias de carreteras o autovías.
Neumáticos: por la misma razón, si un neumático está desgastado de manera desigual o mal montado, se producirán vibraciones a alta velocidad.
Llantas o tuercas: las llantas o rines pueden ser también causa de temblores si tienen holgura o están deformadas a consecuencia de un golpe fuerte. Esto también puede ocurrir si las tuercas no están bien apretadas o si las rótulas de dirección están muy desgastadas.
Embrague: un defecto en el cilindro esclavo, el cojinete de desembrague o el embrague también puede hacer que el vehículo vibre al cambiar de marcha. El llamado desplume del embrague se produce, por ejemplo, cuando el disco del embrague está muy desgastado. El embrague ya no puede agarrar como debería y no transmite suficientemente la potencia del motor.
ABS: en este caso es normal, pues el propio sistema antibloqueo de frenos propicia esa vibración en el pedal cuando las ruedas pierden adherencia y se bloquean durante la frenada.